lo hice pensando en blancas riberas,
y en el amor jugando en el invierno
en abrir veredas a la noche y al crepúsculo,
pero apoco andar escribiendo
una mujer me corto las piernas
y mi poesía se convirtió en un texto de marcuse,
plagado de sexo y freud en mis venas,
y mi poesia no fue mas que una pagina blanca anarquista,
no decia nada y ninguna huella marcada.
pero despues mis versos comprendio el hambre,
y que el crepusculo llegaba a la gente,
con sangre morada a las primeras horas,
donde la madera no existia, y los cartones indigentes
dominaban las calles de santiago,
entonces plage de critica a la comida que no existe
para aquellos desgraciados de la vida,
trasforme mi poesia en un farol de fuego
alumbrando las mentes de la gente.
y un dia, el otoño que tanto amo se convirtio en tierra muerta
y mi casa de ladrillos estucados,
desecho las jerarquias de confianzas y amor.
la muerte tocaba mi puerta,
sin alcanzar a decir adios, dije hasta nunca.
entonces descubri que mi poesia no es nada,
mas que un sentimiento perdido en los rios
recorriendo de mar en mar,
los fallidos intentos de la vida.
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